⁣CONMEMORAMOS EL 13 ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DE DON GERARDO MENJÍVAR ALFARO

Don Gerardo Menjívar Alfaro.
Nació en Arcatao, el 16 de octubre de 1919 y falleció un 18 de febrero de 2009. Hijo de Francisco Menjívar y Sinforosa Alfaro, fundó la farmacia San Antonio el 2 de Febrero de 1943.
Fue un hombre independiente hasta las últimas horas de sus 89 años de edad. Tenía como costumbre viajar a San Salvador en bus cada domingo. Y el domingo 15 de febrero no fue la excepción, tres días antes de su muerte.
Don Gerardo, como le decían con respeto, durante 67 años mantuvo abiertas las puertas de la Farmacia San Antonio. Nunca cerró, ni el día en que asesinaron a su hijo mayor Ernesto, el 14 de octubre de 1979. Durante la guerra trasladó la farmacia, primero a San Martín y luego a Cuscatancingo. Con la firma de la paz, volvió al pueblo con su botica.
También fue el primero en llevar teléfono y televisor a Arcatao, ambas cosas eran de uso colectivo. Su casa se convirtió en sala de cine y en cabina de teléfono. No conocía la mezquindad, lo que hacía lo pensaba en función social, siempre. Mandó hacer una champita en las alturas del Cerro La Cañada, que sirve de frontera entre El Salvador y Honduras, para que los hondureños y la gente en general que bajaran al pueblo pudieran descansar en su largo y soleado camino. También hizo otra ramada en un terrenito que tuvo en las orillas del río Sumpul para los visitantes. Y todo gratuito.
En el haber del padre de Arcatao no hay sólo medicinas fiadas que nunca fueron pagadas, sino casas que construyó a personas muy pobres del pueblo, compra de libros de textos para incentivar al estudio, entre otras cosas. Además, fue el primer alcalde del FMLN (1994-1997) después de los Acuerdos de Paz. Su candidatura sirvió para sacar a Arena que gobernaba ilegítimamente Arcatao, fue un triunfo arrollador e hizo una campaña de amistad, logrando que hasta los conservadores votaran por él.
Imposible meter en ésta nota la labor altruista de Don Gerardo, hay miles de testimonios e historias que contar, pero sirva este para hacerle un homenaje a ese hombre con espíritu de servicio e incansable luchador. Siempre lo llevaremos en nuestra mente y corazón.
Retomado de artículo escrito por Marta Eugenia Sánchez Menjívar